LA FLOR DE UNA VIDA
Santiago Bianchi
Últimas noches en la bahía. Estos días he descubierto una
inmensidad de colores, aromas y sentimientos que nunca pensé que existiesen.
Esta noche dejamos la bella y mística ciudad de Cartagena para partir hacia una
Europa derrotada por los causes del pasado. Este noche me he dado cuenta de que
he comenzado una nueva vida junto a ti, de palabras hermosas y el canto
incesante de magnificas aves, como si al fuese libre.
Hemos llegado tras
las primeras luces del alba y las gotas de roció sobre el césped verde similar
a las hojas de un limonero. Una ciudad que vive de las historias, una ciudad
ancestral de la que Hemingway y tantos otros artistas han sabido describir,
pero también solo veo tus ojos tristes y desolados.
Una tarde junto al
Senna, no podía dejar de observarte, con la mirada perdida en la corriente del
río, y eso me hizo pensar en el día en que te conocí, en la ciudad que mi
abuelo tanto amó y yo supe querer.