Esta historia la escribí para
seguir un poco mas con el tema de la política, el crimen y la intriga que
muchas veces me provocaron ciertos libros como los de John Grisham así que como
un pequeño reconocimiento o homenaje a sus obras decidí seguir
un poco mas.
Libertad
Bajo Palabra
El silencio de aquel lugar era tan aterrador como sorprendente. Solo el sonido del mar llegaba a mis oídos y mientras cerraba los ojos sentía que los recuerdos se volvían claros y por un momento sentí que volvía a los viejos tiempos.
— Hey Dalton , a que no le atinas a aquel blanco
— Apuesto
20
— Trato hecho
Tomé la Glock y en pocos segundos apreté el gatillo y espere duplicar mi dinero. Para mi suerte la bala dio justo en el centro así que enfunde el arma y tomé mi dinero.
Me despedí de la secretaria y tomé un taxi a
casa. Mi compañero en el equipo táctico y mejor amigo era el
viejo Robson que aunque aun no había llegado a la vejez era
conocido como el mas lento. Al cabo de unos
minutos abrí la puerta silenciosamente para no despertar a
Sophie, deje las rosas en la mesa y prepare la cena con una buena copa de vino.
Cuando termine de arreglar lo que seria una noche romántica junto a
Sarah sentí ruidos y instintivamente tome el arma y comencé
a subir las escaleras. Todo quedo en silencio mientras una luz iluminaba
la habitación. Me prepare y de una fuerte patada derribe la puerta, la
escena me dejo atónito
— Bienvenido agente, es un placer poder verlo otra vez —
Tres hombres me empujaron y flanquearon la puerta mientras aquel hombre apretaba el arma contra el rostro de mi esposa.
— Agente Dalton....
— Quien es usted? , por favor deje a mi esposa —
— Claro porque no, también podría meterle
una bala en la cabeza, porque no elegir la segunda opción,
suelte el arma y siéntese —
Obedeciendo la orden deje el arma en el suelo y me senté frente a el.
— Bueno señor Dalton esto es sencillo , mientras usted siga nuestros planes su pequeña hija y su querida esposa no saldrán lastimadas —
— Si se atreve a la tocarlas le juro que....
— No creo que le convenga, vera, usted seguirá las
ordenes, hombres lo vigilaran todo el día tal como
ustedes hacen y cada poco tiempo recibirá un sobre con nuevas
ordenes , no se atreva a intentar algo porque lo seguiremos de
cerca —
Era un momento tenso. Sus ojos se mantenían fijos en mi esperando la respuesta acertada, no tenia mas opción, ya no podía ver a mi esposa así.
— Esta bien, acepto pero por favor váyanse —
— Tomó una buena decisión Dalton, nos iremos pero
pronto volverá a saber de nosotros.
Después de esas palabras arrojo a Sarah hacia mi brazos , se levanto de la silla y se salio de la casa. Ella estaba a punto de colapsar y me abrazaba fuertemente mientras sollozaba, no hablamos esa noche.
Los días siguientes intentamos que todo
volviera a la normalidad. Mi esposa salia a trabajar al igual que yo pero
me sentía observado y en varias cosas me atreví a mirar
hacia atrás sin encontrar nada.
— Hey , hey , Dalton! que te sucede?
— Lo siento Rob
— Que sucede?
— Tuve una mala noche solamente
— Ah de seguro estarás así por los Broncos,
tranquilo ganaran el próximo juego —
Me ayudo a levantarme de la silla y salimos al bar de Rizzi para despejar la mente de los problemas diarios. Cuando llegamos solo un par de viejos llenaban la barra pero tome del brazo a Rob y nos sentamos en una esquina.
— Que sucede hermano?
— Estoy en problemas, unos hombres
me amenazan y.... — en ese momento uno de los los borrachos se
acerco a la mesa y por unos segundos sentí su mano fría en
mi hombro.
— Disculpe señor tiene una llamada
Me levante de la silla pensando que tal vez seria una llamada de Sarah pero cuando levante el auricular la voz de aquel hombre me erizó la piel por completo
— Te atreves a burlarte de mi, creo que sea mejor para ti que me lleve a tu esposa así te concentrarás mas en mis palabras — esas ultimas palabras me dejaron petrificado y por un segundo sentí que un par de lagrimas recorrían mis mejillas.
Me limpie el rostro y volví a la mesa
— Que sucedió?
— Nada, creo que estoy enfermo, solo eso —
— Y acerca de lo que me hablabas? —
— Solo bromeaba, tomare una cerveza y regresare a
casa —
Luego de unos tragos nos despedimos en la entrada y me dirigí a casa. Los días siguientes me quede en casa en silencio junto a Sophie hasta que llego el primer sobre
" Busca el archivo de Harold Lennox y no te preocupes , nosotros te buscaremos "
Realmente no sabia como hacerlo ya que no teníamos acceso a los archivos pero de todas maneras tenia que conseguirlos. Llamé a la única persona que podía conseguirlos, mi secretaria. Horas después me dirigi al edificio y espere en la entrada vigilando cada cosa que sucedía a mi alrededor. Al rato, cuando ya comenzaba a perder la paciencia Bilma apareció cruzando la calle. En sus manos llevaba un sobre oculto discretamente bajo el abrigo. Se acercó a mi , me entregó el sobre y en pocos segundos entró a la oficina sin levantar sospechas.
Cuando me distancié lo más posible del centro de la
ciudad comencé a preguntarme acerca de aquel archivo. Lo observaba y lo
observaba cuestionándome sobre darle una ojeada pero para mi
suerte justo cuando pretendía abrirlo una figura emergió de
un callejón y me arrastro a la oscuridad.
- Hey tienes el archivo?
- Aquí tiene, de que se trata todo?
La figura que permanecía oculta
no respondió y al cabo de unos segundos sin que me percatara
desapareció, volvía a estar solo.
Los días siguientes fueron desoladores. Me quede en
casa con un arma en las manos esperando lo inesperado hasta que en un
momento decidí encender la televisión, lo que vi
me dejo atónito. El hombre mencionado en el
archivo había sido asesinado en la prisión, ahora estaba
involucrado y si no preparaba el siguiente paso
la policía no tardaría en derribar la puerta.
Me levante del sofá y me senté frente
a la puerta con una botella de cerveza en mano y la Glock reglamentaria en
la otra maldiciendo el día en que me uní a la
agencia.